En 1899, España cedió a Alemania los archipiélagos de las Carolinas, Palaos y Marianas, excepto Guam, por 25 millones de pesetas. Sin embargo, parece que en el tratado no se especificaron todas las islas incluidas en la cesión, lo que ha dado lugar a la teoría de que España aún podría reclamar la soberanía sobre cuatro pequeños atolones del Pacífico: Guedes, Coroa; Pescadores y Ocea.
Este mito ha resurgido en varias ocasiones desde que en 1948 un artículo en ABC titulara "España posee cuatro grupos de islas en la Micronesia". Según algunas versiones, en el tratado de cesión se nombraron todas las islas una por una, pero se olvidaron estas cuatro. 
Otros sostienen que simplemente no se concretó más allá de mencionar los archipiélagos. Sea como fuere, el caso es que estas diminutas islas y atolones no fueron explícitamente incluidas en la venta.

Una disputa colonial a finales del siglo XIX

Todo comenzó cuando a finales del siglo XIX Alemania, Gran Bretaña y España se disputaban la soberanía sobre las numerosas islas del Pacífico que España había descubierto siglos atrás. La tensión llegó a tal punto que el Papa León XIII tuvo que mediar, reconociendo en 1885 la soberanía española sobre las Carolinas y Palaos, pero permitiendo a los alemanes establecer rutas comerciales.
Tras la derrota española en la guerra hispano-estadounidense de 1898 y la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, Alemania vio la oportunidad de hacerse con las posesiones españolas en el Pacífico. España, debilitada, no tuvo más remedio que aceptar la venta en 1899. Pero, al parecer, el tratado no fue lo suficientemente específico en cuanto a los límites geográficos de lo cedido.

¿Qué son realmente Guedes, Coroa, Pescadores y Ocea?

Los territorios en cuestión son en realidad pequeños atolones, muchos de ellos deshabitados, esparcidos por la vastedad del Pacífico. Sus nombres actuales son Mapia, Ronguerik, Kapingamarangi y Nikuoro. Los dos primeros se encuentran en las Marianas, el tercero en Palaos y el último en las Carolinas.
A pesar de su escasa relevancia estratégica o económica, la idea de que España aún pudiera reclamar estos pedazos de tierra perdidos en el océano ha seguido capturando la imaginación. ¡Imagínate descubrir de repente que nuestro país posee territorios en la remota Micronesia!

El fin del mito: una pregunta parlamentaria en 2014

Finalmente, en 2014, una pregunta parlamentaria puso fin al mito. El gobierno confirmó que España no tiene ningún derecho sobre estas islas y que fueron efectivamente transferidas a Alemania en 1899. Posteriormente pasaron a manos de Japón tras la Primera Guerra Mundial y actualmente están bajo soberanía de Papúa Nueva Guinea, los Estados Federados de Micronesia y las Islas Marshall.
Así que, por fascinante que resultara la idea, parece que Guedes; Coroa; Pescadores y Ocea no son esas provincias españolas perdidas en el Pacífico con las que algunos soñaron. El mito ha sido definitivamente desmentido, pero no cabe duda de que seguirá siendo recordado como una de las curiosidades más intrigantes de la historia colonial española.

Transición de Micronesia a manos japonesas

Tras la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles de 1919 marcó un cambio significativo en el control colonial de numerosos territorios alrededor del mundo. Entre estos cambios, las islas de Micronesia, anteriormente bajo el dominio del Imperio Alemán, fueron asignadas a Japón como mandato de la Liga de Naciones
Esta asignación formaba parte de los mandatos del Pacífico Sur, otorgando a Japón el control sobre las Carolinas, Palaos y las Marianas (excepto Guam).

La administración japonesa en Micronesia

Bajo el mandato japonés, se produjo un cambio significativo en el desarrollo de estas islas. Japón enfocó sus esfuerzos en la modernización y el desarrollo económico de la región, introduciendo infraestructuras como carreteras, hospitales y escuelas. 
Además, se fomentó la inmigración japonesa hacia las islas, lo que cambió la composición demográfica de Micronesia. A pesar de estos desarrollos, la administración japonesa también impuso su control cultural y lingüístico, limitando la expresión de las culturas locales.

La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias

La situación en Micronesia cambió drásticamente durante la Segunda Guerra Mundial. La región se convirtió en un escenario de combates entre las fuerzas japonesas y aliadas, sufriendo daños significativos y alterando la vida de sus habitantes. 
Tras la derrota de Japón en 1945, el control de estas islas fue transferido a Estados Unidos bajo el sistema de Territorios en Fideicomiso de las Naciones Unidas, marcando el inicio de una nueva era para Micronesia.

La situación actual de Micronesia

Hoy en día, Micronesia se compone de varios estados soberanos e independientes, incluyendo los Estados Federados de Micronesia; Palau; la República de las Islas Marshall y Nauru, cada uno con su propio sistema de gobierno y marco político. 
Estos países mantienen relaciones cercanas con Estados Unidos a través del Compact of Free Association (COFA), que ofrece acceso a fondos, defensa y servicios a cambio de derechos militares y estratégicos en sus territorios.
A pesar de su soberanía, estos estados enfrentan desafíos significativos como el cambio climático, que amenaza sus existencias debido al aumento del nivel del mar y la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos. Además, la dependencia económica de la asistencia extranjera y la necesidad de desarrollo sostenible son retos cruciales para el futuro de la región.

Cultura y patrimonio

A pesar de las transformaciones históricas, Micronesia sigue siendo rica en cultura y patrimonio, preservando tradiciones únicas que reflejan la resiliencia y la diversidad de sus pueblos. Las islas de Micronesia continúan fascinando a viajeros y académicos por su historia, su belleza natural y su patrimonio cultural, representando un vínculo viviente con su pasado complejo y su futuro prometedor.

Contexto histórico de la cesión de territorios españoles a Alemania

El Imperio Colonial Español

En su apogeo, el Imperio Colonial Español fue uno de los más grandes del mundo, abarcando vastas áreas de América, Asia, África y el Pacífico. Esta extensa red de territorios reflejaba el poder y la influencia de España en el mundo desde el siglo XV hasta el siglo XIX. 
Sin embargo, a finales del siglo XIX, el declive del imperio era evidente con la pérdida de sus últimas colonias significativas en América y Asia.

La guerra hispano-estadounidense y sus consecuencias

La guerra hispano-estadounidense de 1898 marcó un punto de inflexión crucial en la historia colonial de España. La derrota ante Estados Unidos resultó en la pérdida de las colonias restantes en el Caribe y el Pacífico, principalmente Cuba, Puerto Rico y Filipinas
Este conflicto simbolizó el fin del imperio colonial español y alteró significativamente el equilibrio de poder en estas regiones.

La venta de territorios al Imperio Alemán

La cesión de los archipiélagos de las Carolinas, Palaos y Marianas a Alemania en 1899 fue un acto que reflejó tanto la necesidad económica de España como el deseo de Alemania de expandir su presencia en el Pacífico. 
A pesar de que este intercambio marcó la salida de España de la Micronesia, sirvió para subrayar la emergencia de Alemania como una potencia colonial en la región.

El legado y las curiosidades históricas

La historia de los territorios cedidos y el mito de los atolones perdidos que podrían haber permanecido bajo soberanía española ilustran cómo las narrativas históricas pueden capturar la imaginación pública. 
Aunque la posibilidad de que España pudiera reclamar estos territorios resultó ser un mito, este episodio resalta la complejidad de la historia colonial y cómo los eventos del pasado siguen teniendo eco en el presente.

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