Las uñas de las manos y los pies no son sólo un complemento estético para nuestro cuerpo, sino que también pueden ser una valiosa fuente de información médica según las características que presenten. 
En ese sentido, los expertos en dermatología y salud ungueal destacan la importancia de prestar atención a los cambios en el grosor, la forma o el color de las uñas ya que podrían ser señales indirectas de ciertos déficits nutricionales; malos hábitos o problemas de salud de menor o mayor gravedad.
Anteriormente, en esta línea, vimos que las uñas amarillas pueden indicar hongos en manos o pies, así como el engrosamiento de las uñas y la descamación, rotura y mal olor. Sin embargo, además de hongos, podría sufrirse de otras alteraciones que nada tengan que ver con las uñas.

Alteraciones en las uñas: ¿qué se esconde detrás de estas irregularidades?

Aunque las uñas están compuestas principalmente por células muertas y endurecidas de queratina (cuya función principal es proteger el lecho ungueal y facilitar acciones como rascar, trepar o defenderse), cualquier alteración en su aspecto sin una razón aparente podría estar indicando problemas a nivel sistémico en el organismo. 

Surcos y estrías

Los surcos en las uñas, por ejemplo, conocidos médicamente como líneas de Beau, suelen estar asociados a infecciones previas o a la exposición de las uñas a temperaturas muy bajas. En estos casos, la matriz que conforma la uña no recibe el aporte nutricional necesario, lo que provoca malformaciones y una especie de "parón" en el crecimiento. 
Sin embargo, un estudio publicado en 2010 en la revista DCMQ reveló que la causa más frecuente de las líneas de Beau era el tratamiento con fármacos, seguido de la insuficiencia renal crónica; la diabetes mellitus tipo 2 y la cirugía, entre otras condiciones médicas.
Por otro lado, las uñas con estrías o huecos se relacionan comúnmente con enfermedades dermatológicas como la psoriasis ungueal o el eccema. En el caso de la psoriasis, suelen observarse otros signos como las "manchas de aceite" o el engrosamiento de las uñas, aunque en ocasiones pueden confundirse con infecciones por hongos
Además, en casos puntuales, estas estrías pueden ser indicativas de artritis inflamatorias u otras enfermedades autoinmunes.

Cambios de color

Los cambios de coloración en las uñas pueden abarcar una amplia gama, desde el blanco hasta el azul o morado, pasando por tonos negros, amarillos e incluso verdes. Cuando se trata de coloraciones amarillentas o verdosas, la causa más probable es la mencionada infección por hongos, que en casos severos puede provocar la caída de la uña.
Por otro lado, si las uñas adquieren un tono blanco, azul o morado podría ser indicativo de una mala perfusión de oxígeno en el organismo, es decir, que el oxígeno no está llegando correctamente a la sangre. En estos casos, suelen presentarse otros signos como labios morados y dificultad respiratoria
Además, existe una condición poco común llamada enfermedad de Raynaud, en la que las uñas cambian de color progresivamente, pasando del blanco al azul o morado y finalmente al rojo, acompañado de dolor en los dedos de las manos.

Uñas con forma de cuchara

Las uñas en forma de cuchara, también conocidas como coiloniquia, se caracterizan por ser excesivamente delgadas, frágiles; aplanadas y con cavidades. Aunque esta condición puede ser normal en niños, no lo es en adultos. 
Cuando se produce un cambio de forma de estas características, más común en mujeres que en hombres, puede ser un indicador de problemas sanguíneos como la anemia por falta de hierro o la hemocromatosis, una enfermedad en la que se acumula exceso de hierro en algunos órganos del cuerpo.

Líneas negras: ¿un signo de alarma?

La aparición de líneas negras en las uñas y un ennegrecimiento generalizado, similar al causado por los hongos, requiere una vigilancia estrecha. En ocasiones, puede ser el inicio de un tipo raro de cáncer de piel llamado melanoma subungueal, que suele afectar a una única uña y a la piel circundante. 
Es importante destacar que este subtipo de melanoma maligno es poco frecuente en España, representando sólo el 1-2% de los casos de melanoma en la raza caucásica a nivel mundial.
Sin embargo, no siempre se trata de un caso alarmante, ya que las líneas negras también pueden ser indicativas de una infección por hongos en sus primeras etapas. Por lo tanto, es fundamental observar la evolución de estas marcas y consultar con un profesional médico si persisten o se acompañan de otros síntomas.

Las anomalías ungueales y su relación con los medicamentos

Es importante tener en cuenta que las anomalías en las uñas son más frecuentes en niños y personas de edad avanzada y que los medicamentos son uno de los principales causantes de estas alteraciones. Por lo tanto, en caso de detectar cambios inusuales en las uñas, puede ser útil revisar los prospectos de los fármacos que se estén tomando para descartar una posible relación.
En definitiva, las uñas no sólo son un elemento decorativo en nuestro cuerpo, sino que también pueden actuar como un valioso indicador de nuestra salud general. Cambios en su grosor; forma; color o textura podrían estar enviándonos señales de alerta sobre posibles problemas subyacentes, desde déficits nutricionales hasta enfermedades más graves. 
Por ello, es fundamental prestar atención a cualquier alteración inusual en nuestras uñas y consultar con un profesional médico si persisten o se acompañan de otros síntomas. 
Mantener una buena higiene ungueal y estar atentos a estos pequeños detalles puede ayudarnos a detectar y abordar problemas de salud de manera temprana, contribuyendo así a nuestro bienestar integral.

La función de las uñas

Las uñas desempeñan una función primordial en la protección de los dedos de las manos y los pies. Actúan como una barrera natural que previene daños y lesiones en la piel y lecho ungueal. Además, las uñas nos brindan la capacidad de rascar, trepar y manipular objetos con destreza, facilitando diversas actividades de la vida cotidiana.
Más allá de su función protectora, las uñas también juegan un papel crucial en la sensibilidad y el tacto de las manos y los pies. La delicada conexión entre las uñas y las terminaciones nerviosas de la piel permite una mayor percepción sensorial, lo que nos ayuda a detectar texturas, formas y temperaturas con gran precisión.

Expresión y apariencia

Como te comentamos, aunque a menudo se les considera un complemento estético, las uñas también pueden transmitir información sobre nuestro estado de salud. Los cambios en el grosor; color o forma de las uñas pueden ser indicativos de problemas subyacentes, como deficiencias nutricionales; enfermedades o infecciones. 
Por lo tanto, prestar atención a estas características puede ser una valiosa herramienta para monitorizar nuestra salud.

Bienestar integral

Con lo dicho, podrás ver que las uñas desempeñan un papel multifacético en nuestro organismo, yendo más allá de su mera apariencia. Desde la protección de los dedos hasta la expresión de nuestra salud, las uñas son un reflejo de nuestro bienestar integral
Cuidar y mantener la salud de nuestras uñas, junto con la adopción de hábitos saludables, puede contribuir significativamente a nuestro bienestar general.

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