La salud intestinal está directamente relacionada con diversos aspectos de la salud del individuo, mucho más allá de la digestión. Por ejemplo, tiene una relación directa con la salud mental y emocional (un desbalance en la flora intestinal se ha relacionado con la depresión y la ansiedad); con el sistema inmunológico (una flora intestinal equilibrada es esencial para desarrollar y mantener una respuesta inmunitaria robusta) y con la salud cardiovascular (mantener una microbiota intestinal saludable puede contribuir a prevenir enfermedades cardíacas y mantener un sistema circulatorio sano).
De hecho, según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), es muy importante mantener una flora intestinal equilibrada para prevenir enfermedades autoinmunes y cardíacas. 
No obstante, para cuidar y recuperar esa flora intestinal tan importante para la salud es crucial entender qué es, cómo puede afectarnos que esté mal y qué remedios naturales y cambios dietéticos contribuyen a su restitución.

¿A qué nos referimos al hablar de flora intestinal?

La flora intestinal, también conocida como microbiota, es la comunidad de bacterias y otros microorganismos que habitan en nuestro intestino. Estas bacterias desempeñan un papel crucial durante la digestión al descomponer los alimentos que ingerimos y se alimentan de los nutrientes esenciales de nuestra dieta. 
En el intestino humano pueden coexistir hasta 2.000 especies de bacterias diferentes, la mayoría de las cuales son beneficiosas y seguras para nuestro organismo.

Síntomas de una flora intestinal dañada y qué la causa

Algunos de los síntomas de la flora intestinal dañada incluyen:
  • Hinchazón abdominal.
  • Presencia de gases sin razón aparente.
  • Periodos alternos de estreñimiento.
  • Diarrea y cólicos intestinales
Los malos hábitos dietéticos, el consumo de sustancias nocivas como el tabaco y el estrés son algunos de los causantes comunes de estos problemas intestinales.

Cómo restablecer y mantener una flora intestinal saludable

Es posible restablecer la flora intestinal a través de cambios significativos en la dieta y la adopción de un estilo de vida saludable. Los probióticos naturales y los alimentos prebióticos pueden ser de gran ayuda en este proceso. 
Los prebióticos nutren a las bacterias beneficiosas del intestino, mientras que los probióticos introducen nuevas bacterias saludables. Ambos se encuentran en alimentos fermentados como el yogur natural y el kéfir de leche.

Fuentes naturales de probióticos y prebióticos

Los alimentos fermentados como el yogur natural y las verduras fermentadas como el chucrut son ricos en probióticos, mientras que las cebollas, los plátanos, las alcachofas y los tomates son una excelente fuente de prebióticos
Las legumbres, los alimentos ricos en fibra y las semillas también son esenciales para mantener una flora intestinal saludable. No obstante, es fundamental mantener una dieta variada para la salud del intestino.

Hábitos de vida saludables para una flora intestinal equilibrada

Además de una dieta equilibrada, el ejercicio regular; la hidratación adecuada y la moderación en el consumo de cafeína y alcohol son esenciales para mantener una flora intestinal saludable. 
Asimismo, es importante que evites los alimentos y las bebidas que te hagan sentir mal y mantener un peso saludable. La relajación, la meditación y la masticación adecuada de los alimentos también pueden hacer maravillas por la salud de tu intestino.

Factores que pueden alterar la flora intestinal

La salud de tu flora intestinal puede verse afectada tanto por factores intrínsecos, como el envejecimiento y la predisposición genética, como por factores extrínsecos, como los hábitos alimenticios y de vida, la ingesta de antibióticos y el estrés.
Además, existen otros elementos que pueden tener un impacto significativo en la salud de nuestra flora intestinal, como los siguientes:

Uso de medicamentos

El uso prolongado de ciertos medicamentos más allá de los antibióticos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), inhibidores de la bomba de protones y antipsicóticos, puede afectar negativamente la microbiota intestinal
Estos medicamentos pueden alterar la composición y la diversidad de las comunidades microbianas en el intestino, lo que puede llevar a desbalances y problemas de salud a largo plazo.

Exposición a toxinas ambientales

La exposición a toxinas ambientales como los pesticidas, metales pesados (como el plomo y el mercurio) y los plásticos (especialmente aquellos que liberan BPA) puede tener efectos perjudiciales en la flora intestinal. Estas sustancias pueden matar o dañar ciertas cepas de bacterias beneficiosas, alterando el equilibrio de nuestra microbiota.

Cambios hormonales

Los cambios hormonales, especialmente aquellos que ocurren durante la pubertad, el embarazo y la menopausia, también pueden influir en la composición de la flora intestinal. Las fluctuaciones en hormonas como el estrógeno y la progesterona pueden impactar en las poblaciones microbianas, afectando su diversidad y función.

Viajes internacionales

El viaje internacional, especialmente a regiones con diferentes perfiles de higiene y alimentación, puede exponer nuestro sistema digestivo a nuevas cepas de microorganismos, algunas de las cuales pueden ser patógenas. 
Esta exposición puede causar cambios temporales o permanentes en la composición de nuestra microbiota intestinal, lo que a veces resulta en problemas digestivos conocidos como diarrea del viajero.

Falta de sueño y alteraciones del ritmo circadiano

La falta de sueño y las alteraciones del ritmo circadiano pueden tener efectos negativos en la salud intestinal. El ritmo circadiano regula no sólo nuestros ciclos de sueño-vigilia, sino también muchas funciones del cuerpo, incluida la actividad de la microbiota intestinal. 
La perturbación de estos ciclos puede desencadenar desbalances en la flora intestinal, contribuyendo a problemas de salud como obesidad y metabolismo glucémico alterado.
Es esencial que tengamos en cuenta la importancia de mantener una flora intestinal equilibrada para nuestra salud general, ya que se ha demostrado que un microbioma saludable puede ayudarnos a prevenir diversas enfermedades y trastornos de salud

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