¿Cómo rescatar un bizcocho que ha quedado crudo por dentro y salvar tu receta?
Si horneabas un bizcocho y te quedó crudo por dentro, no te preocupes, existen diferentes trucos soluciones para que pueda salvar tu receta.
No es raro para cualquier aficionado a la repostería descubrir que, después de seguir todos los pasos de una receta, su bizcocho ha quedado crudo por dentro. Los factores pueden ser varios, sin embargo, lo bueno es que este inconveniente no significa que debas tirarlo todo y empezar de nuevo.
Existen varios trucos caseros que pueden salvar tu bizcocho y prevenir que se repita este error. Pero primero, veamos cómo y por qué un bizcocho puede quedar crudo por dentro y cómo evitarlo en el futuro.
Por qué un bizcocho queda crudo por dentro
El problema de un bizcocho crudo por dentro puede derivarse de varias causas, entre las que destacan el control de la temperatura y la posición del molde en el horno:
- Temperatura: muchas veces, la principal causa de un bizcocho crudo por dentro es la temperatura del horno. Si se selecciona una temperatura muy alta, el bizcocho se puede quemar por fuera, mientras que si es demasiado baja, quedará crudo por dentro. Por ello, es aconsejable seguir la temperatura que se indica en la receta. Usualmente, la temperatura recomendada para hornear un bizcocho suele ser de 170-190 grados, aunque esto puede variar dependiendo del horno.
- Posición del molde en el horno: otro factor influyente es dónde se pone el molde en el horno. Según sea el tipo de horno (si emite calor sólo por arriba, sólo por abajo o por ambas direcciones) el lugar donde se coloca el molde será clave. La recomendación es situarlo en la zona intermedia para garantizar una cocción pareja.
- El molde: incluso el molde que eliges puede influir en el resultado de tu bizcocho. Cada tipo de bizcocho necesita un molde diferente, de manera que si no empleas el correcto, el bizcocho podría no hornearse bien.
Entender estos factores puede prevenirte de futuros incidentes.
¿Qué hacer si el bizcocho se queda crudo?
Si te encuentras con que tu bizcocho está crudo por dentro pero duro por fuera, hay varias maneras de cómo rescatarlo. El procedimiento paso a paso para hacerlo es el siguiente:
- Cubre la zona superior con papel de aluminio para protegerla mientras el bizcocho se sigue horneando.
- Reduce la temperatura del horno, incluso si la has puesto la que se indica en la receta. Los hornos varían en su potencia, por lo que no todos calientan igual a la misma temperatura.
- Vigila el bizcocho frecuentemente para evitar que se queme. Si ves que se está tostando demasiado, tendrás que buscar otra solución.
¿Cómo se puede aprovechar un bizcocho crudo?
Si quieres o tienes que rescatar un bizcocho crudo por dentro, haz esto:
- Baja la posición del molde en el horno para que se siga horneando.
- Utiliza papel de aluminio para proteger la parte superior del bizcocho mientras se está horneando.
- Disminuye la temperatura del horno una vez más.
- Si tienes un horno con control separado de temperatura para la parte superior e inferior, apaga la zona superior.
Sigue estos pasos hasta que veas que el bizcocho se ha horneado completamente. Puede que te lleve algo de tiempo, pero conseguirás un bizcocho bien hecho, ideal para comerlo sólo o como base para hacer otras recetas.
Consejos adicionales
Si los consejos anteriores no funcionan, existe otra alternativa para aprovechar tu bizcocho. Puedes cortar la zona quemada o dorada en exceso de superficie y volver a hornear la parte menos hecha o cruda del centro a una temperatura más baja.
Recuerda que al revisar la cocción del bizcocho, no debes abrir la puerta del horno muy a menudo, ya que esto podría impedir que se eleve correctamente. Es posible que, al final, obtengas un bizcocho más pequeño que el original, pero salvado de la calamidad de ser crudo por dentro.
Con la práctica y la paciencia, podrás preparar bizcochos ideales para cualquier ocasión. Además, una técnica casi infalible para saber si tu bizcocho está bien hecho es pincharlo con un cuchillo. Si sale limpio, tu bizcocho está listo.
Explora diferentes recetas y descubre cuál es la que mejor funciona para ti. No todos los bizcochos se hacen con las mismas recetas, por lo que es posible que encuentres una nueva favorita en tu proceso de aprendizaje.
Prevenir que el bizcocho no salga crudo
Para asegurarte de que tu bizcocho salga perfecto en próximas ocasiones, sin estar crudo por dentro ni quemado por fuera, hay varias técnicas adicionales que puedes aplicar. Estos consejos no sólo mejoran la calidad de tus bizcochos, sino que también te ayudan a comprender mejor el proceso de horneado, permitiéndote ajustar y experimentar según tus necesidades y el comportamiento específico de tu horno.
Pre-calentamiento del horno
Una de las claves para evitar que tu bizcocho quede crudo por dentro y quemado por fuera es asegurarte de que el horno esté correctamente pre-calentado antes de introducir la mezcla. Un horno que no ha alcanzado la temperatura deseada puede causar un horneado irregular.
Pre-calentar el horno a la temperatura especificada en la receta durante al menos 10 a 15 minutos antes de hornear asegura un entorno de cocción constante desde el principio.
Usar un termómetro de horno
La temperatura interna de los hornos puede variar significativamente de lo que indican sus controles. Usar un termómetro de horno te permite verificar la exactitud de la temperatura y ajustarla según sea necesario.
Seleccionar el molde adecuado
El material y el color del molde pueden afectar cómo se hornea tu bizcocho. Los moldes oscuros o de metal pueden absorber más calor, lo que potencialmente podría causar que los bordes o la base del bizcocho se cocinen demasiado rápido.
Opta por moldes de color claro o de silicona para distribuir el calor más uniformemente y reducir el riesgo de un exterior quemado.
La técnica del baño María
Para los bizcochos más delicados o densos, como el cheesecake o algunos tipos de bizcocho de yogurt, hornear en baño María puede ayudar a cocinar uniformemente sin secar los bordes o la superficie.
Hornear tu bizcocho en baño María implica colocar el molde dentro de otro más grande lleno de agua caliente, lo que ayuda a distribuir el calor de manera más suave y uniforme.
Uso de papel de horno
Forrar el fondo y los lados del molde con papel de horno no solo facilita desmoldar el bizcocho una vez esté cocido, sino que también puede ayudar a proteger los bordes y evitar que se cocinen demasiado rápido.
El papel de horno actúa como un aislante, protegiendo las partes más delicadas del bizcocho del calor directo y permitiendo una cocción más uniforme.
Implementando estas técnicas, podrás mejorar significativamente la calidad de tus bizcochos, evitando los problemas comunes de cocción. Recuerda que la repostería es tanto un arte como una ciencia y la práctica, junto con la experimentación, son claves para dominarla.
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